
La proteinuria, o pérdida de proteína en la orina, señala un problema en la función de los riñones. Estos órganos filtran la sangre, reteniendo las proteínas necesarias y eliminando los desechos. Cuando los filtros renales se dañan, permiten que proteínas importantes, como la albúmina, pasen a la orina.
Esta fuga de proteínas puede ser un indicio temprano de enfermedad renal crónica. También se asocia con diabetes, presión arterial alta, infecciones renales, lupus y ciertos medicamentos. A veces, la proteinuria es temporal y no grave, causada por ejercicio intenso, estrés o fiebre. Sin embargo, si persiste, requiere una evaluación médica para identificar la causa.
Los síntomas varían según la cantidad de proteína perdida y la causa. Al principio, puede no haber síntomas y solo detectarse en análisis de orina. Con mayor pérdida de proteína, puede aparecer orina espumosa, hinchazón en tobillos, pies y alrededor de los ojos (edema), cansancio y falta de apetito. Es importante estar atento a estos signos y buscar atención médica si se presentan.
El diagnóstico se realiza principalmente con análisis de orina, como tiras reactivas o recolección de orina de 24 horas para medir la cantidad de proteína. También se pueden hacer análisis de sangre para evaluar la función renal y buscar posibles causas. En algunos casos, se necesita una biopsia renal para un diagnóstico más preciso de la enfermedad renal.
El tratamiento de la proteinuria se enfoca en tratar la causa subyacente. Para la enfermedad renal crónica, esto puede incluir cambios en la dieta (restricción de proteínas y sal), control de la presión arterial y el azúcar en sangre en diabéticos, y medicamentos como inhibidores de la ECA o bloqueadores de los receptores de angiotensina II, que reducen la pérdida de proteínas.
Un estilo de vida saludable es crucial para la salud renal. Esto implica beber suficiente agua, llevar una dieta equilibrada baja en alimentos procesados, controlar el estrés y hacer ejercicio regularmente. Evitar el consumo excesivo de sustancias dañinas para los riñones, como ciertos medicamentos y el alcohol, también es importante.
La detección temprana y el manejo adecuado de la proteinuria son vitales para prevenir el avance de la enfermedad renal y sus complicaciones, como la insuficiencia renal, problemas cardiovasculares y anemia. Por lo tanto, ante cualquier sospecha o síntoma, es fundamental consultar a un profesional de la salud para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado.
Es importante saber que la proteinuria no siempre es grave. Puede deberse a ejercicio intenso, estrés o fiebre. Sin embargo, si se detecta repetidamente, indica que los riñones podrían no funcionar bien y requiere investigación para descartar problemas mayores.
Adoptar hábitos saludables protege la función renal y previene la proteinuria. La hidratación adecuada facilita el trabajo renal. Una dieta equilibrada, baja en sodio y grasas, ayuda a mantener una presión arterial y peso saludables. Evitar el uso excesivo de ciertos medicamentos sin supervisión médica también es clave. Los chequeos regulares son importantes para la detección temprana y la prevención de complicaciones.